El crimen de Mariano Ferreyra y el sindicalismo anacrónico.

Por Leo Herrera, Sec. Politico de la FJC de la prov. de Bs. As.

La muerte del joven compañero del Partido Obrero Mariano Ferreyra es una tragedia acongojante y destroza el alma de todos los militantes populares y habiendo pasado una ola de declaraciones y notas de todo tipo, creemos que este pesar del movimiento popular merece una reflexión.

De esta tragedia hay que sacar alguna lectura que sobrepase los límites de cada una de las líneas editoriales que ofrecen opinión del hecho. De los que pretenden armar un escenario de violencia para después generalizarlo y así, de semejante arquitectura mediática sacar un poquito de rédito político, de los que ridículamente pretenden limpiarle el culo al gobierno sin que esto haga falta y de los que quieren inteligentemente limpiarlo porque quizás si haga falta.

Sobre el avance de experiencias sindicales novedosas como las del Subte, IBM, los repositores externos de supermercados, el nuevo sindicato de chóferes de la capital y esta mismísima pelea de los trabajadores ferroviarios tercerizados se ha abalanzado la bronca conservadurista del sindicalismo anacrónico, corporativista, legalista y mafioso, rasgos que son denominadores comunes de los sindicatos encuadrados en la Confederación General del Trabajo, porque mas allá de los diferentes posicionamientos coyunturales de sus corrientes y escisiones, estos rasgos son esencia, forma y contenido de esta corporación anclada en los formatos del estado de bienestar, inadecuada para la neoliberalización a la que fue sometido el mundo del trabajo.

Hay una frase de Pablo Díaz, vocero de la banda asesina del duhaldista José Pedraza (secretario general de la Unión Ferroviaria y también director virtual de la empresa), el que salio hablando en TN rodeado de patovicas: “señaleros, cambistas, boleteros y seguridad”, que contaba algo así como que… nosotros estamos cuidando nuestra fuente de trabajo de los partidos de izquierda y de los pseudotrabajadores que quieren cortar las vías, que son de la lista bordo. Nefasta categorización de los trabajadores que fueron incorporados al Roca por las condiciones mismas que hoy son una realidad en el tren luego del desguace del mismo bajo la sociocomplicidad de la Unión Ferroviaria y la Fraternidad. Bajo esta visión de sindicalismo anacrónico, el sindicato “vela por los derechos de los trabajadores” ¿Quiénes son los trabajadores? Los de planta permanente, los que cumplen con la antigüedad si la Unión y la empresa lo permiten, los afiliados al gremio y afines a la conducción verde, el resto son subtrabajadores. ¿Y quiénes son los representantes de esos trabajadores? Los que hacen volantes y pasacalles para la información del pasajero-cliente que dicen -”Los trabajadores ferroviarios no cortamos las vías”, firmando “Los empleados del Roca”, ¡Que es mas o menos lo mismo que decir, LOS MULOS DE LA EMPRESA!

Cuando Pablo Díaz habla de “pseudotrabajadores” habla de 1.500 laburantes que mantienen las vías, los vagones y las estaciones de trenes, que están afiliados a la UOCRA, Comercio, al sindicato de maestranza y de vigiladores privados. Con esta irregularidad, los empresarios pagan sueldos de $2.200 mensuales en vez de $3.500 o $4.000 que tendrían que remunerar si estuvieran bajo el convenio de ferroviarios.

Estas irregularidades existen bajo el control y dirección de la nueva Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE) que opera sobre el ferrocarril Roca, el Belgrano Sur y el San Martín, creada por Julio De Vido (Ministro de planificación Federal de la Nación) para reemplazar al consecionario anterior Sergio Taselli. La Unión Ferroviaria y la UGOFE (que gerencian los grupos Plaza, Roggio y Emepa) son los dueños de las empresas tercerizadas que hoy se ahorran el 40% de los sueldos de los trabajadores y que además cobran subsidios del Estado para afrontar esos gastos. Una de las empresas que cambia durmientes y rieles en la línea Roca, es la Cooperativa Unión del Mercosur, cuyo presidente es Maximiliano Pedraza, hijo de José Pedraza. Esto es una verdadera estafa al estado con la complicidad del mismo, con el monitoreo de De vido y con la vista gorda de Carlos Tomada (Ministro de Trabajo de la nación y durante 18 años abogado de la Unión Ferroviaria). Acaso así, nos explicamos como es que el duhaldista José Pedraza, opositor oficial, es todavía miembro del secretariado de la CGT de Moyano, dando así quórum institucional al liderazgo del camionero sobre una de las corporaciones mas importantes del país. En el mundo de la mafia los favores hay que pagarlos ¡Siempre!

Es en estos momentos donde la grave lesión de la Central de los Trabajadores de la Argentina se resiente ante la incapacidad de dar cobertura a las nuevas experiencias de sindicalismo emergente, novedoso y mal parido. Mal parido porque su partera, la CTA, destinada en su formato flexible y novedoso a defender a los y las laburantes en este contexto de trabajo neoliberalizado, no pudo soportar la diversidad interna de lecturas coyunturales y porque su estrategia atada con alambre (¡pero atada al fin!) no ha sido protagonista de esta historia, sino su victima y hoy se encuentra gravemente lastimada tanto en su poderío como en su autoridad politica para la exigencia de su personaría gremial. Y esto no es prosa, es politica. La CGT de Moyano llena River y la CTA pasa por una penosa elección general que la desnuda ante el conjunto de la sociedad.

Es momento en que el gobierno debe deshacerse de ciertos escollos y anclajes que nos retrotraen a todos al pasado reciente, a los 90`s, hay que enjuiciar y meter presos a los autores materiales e intelectuales de Mariano, a los que entregaron a los laburantes en los 90`s, a los que estafan al estado y a sus cómplices, a la cuasi-autarquica policía federal que armo la zona liberada para que la banda de Pedraza agreda y mate a los compañeros y compañeras que allí estaban. Y hay que liberar el sindicalismo para legalizar las diversas expresiones emergentes, legalizando a los nuevos sindicatos, otorgando la personería gremial a la CTA.

La muerte de Mariano fue una muerte premeditada, nadie tira quince balazos porque se le salio la cadena, ningún dirigente de esta calaña envía a matar gente sin objetivo político. Hay un claro fin en la idea de crear un escenario de violencia generalizada y de allí arrancar un rédito político, esa pretensión es perpetrada desde los sectores de la oposición al gobierno nacional. Como así también, hay un fundamental objetivo de eternizar lo viejo, asociar la gestión sindical con la gestión empresarial y sofocar, si es necesario matando, a las nuevas expresiones de lucha obrera cuando estas se manifiestan.

El gobierno nacional no mato a Mariano, Pedraza no responde políticamente a Moyano (al menos hoy no) y tampoco es de la CGT azul y blanca, la remera de la juventud sindical que se puso Cristina no es de la misma juventud sindical que entregaba compañeros en los 70 y el PO no hace utilitarismo de la muerte de Mariano. Acaba de morir un pibe, un compañero, un militante, no hay que hacer relaciones ridículas y forzadas. Ah, una aclaración más: Moyano, Pedraza y Barrionuevo tienen otro denominador común, si aunque sea un poquito ven amenazada su conducción, te matan.