UN PROYECTO POLITICO AUTONOMO

(Editorial de Nuestra Propuesta del 19 de agosto de 2010)

Una de las tesis que se acuñaron luego de las elecciones nacionales de 2009, es que el gobierno nacional vivía un fin de ciclo y todo estaba allanado para su reemplazo por “la oposición”, solo bastaba elegir la figura que la representara.
Salieron al ruedo, entonces, múltiples pretendientes y se produjeron numerosos encuentros de buena voluntad, con foto incluida, pero no parece hasta el momento prosperar una candidatura aglutinadora, pese a los pedidos y reconvenciones de los editorialistas de los medios más grandes y a las reuniones con políticos opositores, en este caso sin fotos, como la convocada por el zar de Clarín.
Otra tesis la aportó el equipo macrista en la Ciudad de Buenos Aires: “Somos empresarios, en consecuencia somos eficientes”, sostuvieron. Sin embargo, dirigir empresas no es lo mismo que gobernar y gestionar lo público como si fuera su propiedad privada. A la gestión de Macri se le ven los hilos, no es eficiente, es de derecha y en consecuencia es nefasta para los porteños y para la ciudad.
Otra tesis sostenida por la oposición, es la de la mayoría parlamentaria, que con fines propagandísticos se lanza a promocionar proyectos o a impedir su aprobación sabiendo que solo circularán de una Cámara a la otra, con objetivos cortoplacistas a merced de los capos del negocio agrario, las corporaciones empresarias o la cúpula eclesiástica.
Esto hace que los límites de las actitudes políticas estén fuertemente delineadas por criterios oportunistas.
En el caso de partidos o dirigentes de carácter progresista, este oportunismo es un riesgo notable si se piensa en la necesidad de ser alternativa a esa oposición de derecha y a la vez marcar las demandas populares ante el gobierno.
Es de esperar que los minués que inspira la dirigente Carrió con sus idas y venidas no tienten a los más democráticos, populares o progresistas entre los partidos políticos, tomando en cuenta la dura experiencia de haberse asociado a la derecha parlamentaria en varias oportunidades.
El posicionamiento político autónomo con relación al gobierno y confrontativo con las derechas es el mejor aporte a la constitución de una alternativa real de carácter avanzado y unitario. Para esta alternativa se encuentran también dificultades grandes, como lo son la restrictiva ley de partidos políticos y las visiones críticas de sectores de izquierda que actúan dentro del gobierno y clausuran de este modo el derecho al despliegue de un proyecto político autónomo, atribuyéndole al llamado proyecto nacional la virtud única de representar las necesidades populares.