Todos los debates entre el gobierno, la oposición de derechas y las fuerzas políticas y sociales populares parecen circular alrededor de las medidas económicas, el llamado proyecto nacional, las previsiones de las derechas para desestabilizar y prepararse para “cuando sean gobierno” y la lucha por cerrarles el paso y hacer 
que el gobierno avance a medidas de carácter francamente redistributivo.La muestra rural reciente ha mostrado al derecho y al revés la índole de la derecha política, cuando anuncia su capacidad de ruptura, promete la superación de la crisis y levanta las banderas de preservación de conductas ranciamente dominantes, aplicadas a una dura política neoliberal de ajuste y más ajuste.El contexto político de las medidas económicas pone al gobierno ante un dilema, cuando se exportan productos primarios, que también se consumen localmente, existe un conflicto objetivo entre los intereses de los productores, los exportadores y el abastecimiento local, resolverlo es tomar medidas audaces y de fondo en la distribución y papel del Estado, pero para esto no es posible conciliar con los capitales concentrados de la banca, el agro y la industria.Estos sostienen que el ajuste será doloroso, pero es imprescindible y tratan de ocultar la realidad. En el caso de la Argentina, la tristemente célebre Fundación Mediterránea asegura que se acelera la recuperación de la economía en el segundo trimestre, la petrolera YPF Repsol aumentó sus beneficios en un 83,3 por ciento respecto a 2009 y su mandamás Brufau, ahora no tiene apuro en vender la filial, aunque sigue con el propósito firme de desinvertir en el país. En la región, Telefónica registró un crecimiento de los ingresos de un 10,2 por ciento y el banco Santander reconoce la cosecha de 2.160 millones de euros durante el primer semestre con un crecimiento del 19,6 por ciento respecto a 2009.Los directivos de bancos y petroleras, que habitualmente se quejan de “imprevisibilidad” de las inversiones en la región, reconocen que sus resultados en Latinoamérica compensan los sobresaltos de la crisis europea. Para los sectores populares, en la trabajosa y compleja creación de una fuerza política de carácter alternativo, adquiere una dimensión especial lo atinente al combate ideológico. Destacar las asimetrías en la distribución de la riqueza para explicar la necesidad de su redistribución, lo que incluye básicamente salarios y jubilaciones, entender lo mentiroso de los empresarios “exitosos” que gestionan bien la política -para muestra el botón Macri-, comprender y difundir enérgicamente que la naturaleza nos esta diciendo que el capitalismo es peligroso y suicida, basta el ejemplo del derrame petrolero en el Golfo de México. Destacar la importancia de la articulación regional, que da fuerza al proceso latinoamericano y apreciar una vez más la denuncia hecha por Fidel Castro sobre el peligro de una contienda inminente en Irán, corroborada ahora por el almirante Mike Mullen, jefe del estado mayor conjunto de los Estados Unidos que anunció un plan bélico.Esta fuerte batalla por quién impone la narración en esta sociedad massmediatizada supone luchar contra los enclaves neoliberales no solo en la estructura económica y en la mente de los ideólogos de la derecha, sino en el conjunto de la sociedad, para lograr que masas esclarecidas entren en acción consciente por los cambios.
que el gobierno avance a medidas de carácter francamente redistributivo.La muestra rural reciente ha mostrado al derecho y al revés la índole de la derecha política, cuando anuncia su capacidad de ruptura, promete la superación de la crisis y levanta las banderas de preservación de conductas ranciamente dominantes, aplicadas a una dura política neoliberal de ajuste y más ajuste.El contexto político de las medidas económicas pone al gobierno ante un dilema, cuando se exportan productos primarios, que también se consumen localmente, existe un conflicto objetivo entre los intereses de los productores, los exportadores y el abastecimiento local, resolverlo es tomar medidas audaces y de fondo en la distribución y papel del Estado, pero para esto no es posible conciliar con los capitales concentrados de la banca, el agro y la industria.Estos sostienen que el ajuste será doloroso, pero es imprescindible y tratan de ocultar la realidad. En el caso de la Argentina, la tristemente célebre Fundación Mediterránea asegura que se acelera la recuperación de la economía en el segundo trimestre, la petrolera YPF Repsol aumentó sus beneficios en un 83,3 por ciento respecto a 2009 y su mandamás Brufau, ahora no tiene apuro en vender la filial, aunque sigue con el propósito firme de desinvertir en el país. En la región, Telefónica registró un crecimiento de los ingresos de un 10,2 por ciento y el banco Santander reconoce la cosecha de 2.160 millones de euros durante el primer semestre con un crecimiento del 19,6 por ciento respecto a 2009.Los directivos de bancos y petroleras, que habitualmente se quejan de “imprevisibilidad” de las inversiones en la región, reconocen que sus resultados en Latinoamérica compensan los sobresaltos de la crisis europea. Para los sectores populares, en la trabajosa y compleja creación de una fuerza política de carácter alternativo, adquiere una dimensión especial lo atinente al combate ideológico. Destacar las asimetrías en la distribución de la riqueza para explicar la necesidad de su redistribución, lo que incluye básicamente salarios y jubilaciones, entender lo mentiroso de los empresarios “exitosos” que gestionan bien la política -para muestra el botón Macri-, comprender y difundir enérgicamente que la naturaleza nos esta diciendo que el capitalismo es peligroso y suicida, basta el ejemplo del derrame petrolero en el Golfo de México. Destacar la importancia de la articulación regional, que da fuerza al proceso latinoamericano y apreciar una vez más la denuncia hecha por Fidel Castro sobre el peligro de una contienda inminente en Irán, corroborada ahora por el almirante Mike Mullen, jefe del estado mayor conjunto de los Estados Unidos que anunció un plan bélico.Esta fuerte batalla por quién impone la narración en esta sociedad massmediatizada supone luchar contra los enclaves neoliberales no solo en la estructura económica y en la mente de los ideólogos de la derecha, sino en el conjunto de la sociedad, para lograr que masas esclarecidas entren en acción consciente por los cambios.
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